miércoles, 12 de marzo de 2014

Deli



Supongamos, siempre supongamos, que entré en otro plano y caí en Delhi. Que si lo quiero explicar bien no puedo, pero en la calle acabo de ver pasar un elefante, les juro que no miento. Tampoco sé muy bien cómo, pero en la habitación donde estoy durmiendo acaba de sonar el teléfono y me invitan a un casamiento. Busco en la mochila algo decente, encuentro un pareo negro, ojo, un pareo divino y me ...armo una especie de vestido. La fiesta era roja y toda luminosa. Los novios estaban aparte, en una salita recibiendo a los invitados, también vi colchones en el piso y gente haciendo una siesta. Comí DE- TO- DO, bailé unas coreos, y me sentí divain cuando me pedían fotos. Volvería a la India, obvio, cuando me quiera salir del mundo.

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